jueves, 31 de mayo de 2012

CAFE DE LA ESQUINA


Ubicado en la Avenida del Libertador 6196 esquina Olazabal. A solo cuatro cuadras de la estación Belgrano y de las Barrancas, a dos del corazón del Barrio Chino, se ubica este bar notable, muy lindo para trasnochar.
Antiguamente, en el lugar funcionaba El  “O5·” uno de los más famosos y paradores de bebedores empedernidos y mujeres de vida ligera, que será recordado y añorado por más de un sesentón del barrio de Belgrano.
Corría el año 1983 y gracias al trabajo artesanal que realizaron los dueños originales de “El Café”, el local fue restaurado y decorado como un típico Café de 1830, convirtiéndose en el original y agradable espacio actual. Las paredes del lugar están adornadas por innumerables cuadros y objetos antiguos.Buenísimo!!!
Compartimos un clerico de sidra, con papas fritas, maníes y capuccino.
Noche de amigos y charlas agradables junto a los Barreyro.









RESTAURANTE CLUB HUNGARIA


Dentro de la asociación húngara en la Argentina ubicada en el Pasaje Juncal 4250 en Olivos funciona este restó.
Solamente por alguna recomendación se puede encontrar este lugar, ya que está ubicado en un pasaje que casi no se transita.
Al llegar a la asociación se abre un inmenso portón de madera que da a un pequeño hall y mediante otra puerta se accede a dos enormes salones ( uno de ellos con un gran escenario),muy parecidos a lo que serían los comedores de un club. El ambiente es muy limpio auque austero, la atención amable pero la verdadera estrella del lugar es la comida.
El lugar es muy concurrido, ya que se come muy bien, casero, abundante y se paga lo justo.
Para empezar pedimos langos (las figasas fritas húngaras), luego pedimos una parrillada húngara( panceta ahumada, chorizo colorado, costilla de cerdo y lomo, todo esto grillado y acompañado de una ensalada agridulce de repollo y papas fritas). Seguimos con un cordero a la Transilvania ( trozos de cordero guisado acompañado de ñoquis húngaros), goulash de cerdo ( trozos de cerdo guisado con ñoquis húngaros) y por último un pollo deshuesado, grillado con crema de espinacas y arvejas.
No pudimos dejar de probar el típico postre húngaro que es la Dobostorte, que son capas de bizcochuelo muy finas con crema moka y caramelo sólido, una barbaridad!!.
Tomamos un vino blanco importado de Hungría el Tokaji 2009, algo totalmente diferente, que nos hizo acordar algo  al Tocai friulano.
Salimos muy contentos y llenísimos de haber pasado una excelente velada con nuestros amigos Los Barreyro.


viernes, 25 de mayo de 2012

CONFITERA "LA PERLA"


Una tarde lluviosa de mayo del 2012 empezamos uno de los acostumbrados periplos gastronómicos , empezamos a la tarde en La Perla seguimos en una degustación en Cabernet de Palermo y terminamos cenando en La Casa Polaca
La Perla tiene una historia personal para los dos que aquí no voy a contar si voy a escribir algo sobre este recientemente nombrado bar notable
Era el lugar de reunión  en la decada del 20 de

Una caterva de jóvenes veinteañeros llenos de pasión por escribir, hacer música, pintar. Pasan noches enteras discutiendo y mostrándose los escritos, las ideas. Huyen de sus padres, de sus familias formales, del mundo árido de las academias artísticas y literarias…Sueñan con un mundo distinto, con crearse un lugar distinto, con un arte que se parezca más a la vida. Leen a los poetas ultraístas, a los poetas chinos de la Dinastía Tang, a Lao Tsé y su Tao Te King, investigan complicados libros esotéricos, adoran la “Misteriosa Buenos Aires” y sus poetas lunfardos, quieren crear nuevas formas de hablar y de expresarse, quieren tener la Visión Pura.
Esos jóvenes, que se reunían en La Perla del Once en los primeros años de la década de 1920, eran Borges, Xul Solar, Raúl Scalabrini Ortiz, Leopoldo Marechal y algunos otros. Los atraía la figura magnética de Macedonio Fernandez, un escritor y vagabundo mucho mayor que ellos, que los asombraba con sus elucubraciones metafísicas y los estimulaba a pensar fuera de los cánones establecidos. En el velorio de Macedonio, treinta años después, Borges recordaría que "La certidumbre de que el sábado, en una confitería del Once, oiríamos a Macedonio explicar qué ausencia o qué ilusión es el yo, bastaba, lo recuerdo muy bien, para justificar la semana". En esa misma ocasión, Scalabrini Ortiz destacó "en qué medida fue la de Macedonio una inteligencia destinada al milagro permanente de revelarnos zonas de la emoción, paisajes del espíritu".

Ya en la década del 60 el rock nacional empezó a nacer. En La Perla no sólo se compuso “La Balsa”, también “Jugo de tomate” y el lado B del primer simple de Tanguito, “El Hombre Restante”, con letra de Javier y música de Tango, sobre el último hombre que queda vivo en un mundo en el que estalló la guerra nuclear, paranoia constante de esos años. Y se escribieron muchos temas más, como bien recuerda Litto Nebbia en el libro de Pintos sobre Tanguito: “En esas guitarreadas era increíble la cantidad de canciones que surgían, escritas por Javier, por Tanguito, por Moris, por mí.”
Probablemente los contertulios de los años veinte no descubrieron las virtudes acústicas del baño de La Perla, porque, salvo Macedonio, no eran guitarreros, y sólo Xul Solar desarrollaría después una faceta musical como parte de sus exploraciones místicas. Los de los sesenta, imposibilitados de entrar en un estudio de grabación, guitarristas y cantantes de calle y plaza, descubrieron en el baño de La Perla la posibilidad de aullar a todo volumen o hacerse coros a si mismo aprovechando la “cámara de eco” natural que proveen los azulejos. Por eso “La Balsa” fue iniciada en ese baño, en una de las tantas divagaciones musicales de Tanguito sentado en el inodoro, escuchando fascinado las armonías que producía su rasgueo en el pequeño cubículo.
 En ese periodo Javier pasaba horas inventando un nuevo idioma, imponiendo palabras como “copar”, “la pálida”, o frases coloquiales del estilo de “¿Cómo viene la mano?” Javier tenía la teoría de que había que crear un nuevo lenguaje, que reflejara nuestra visión del mundo. Quería imponer nuevas medidas de tiempo (un “senever”, que es desde que te levantas hasta que te levantas la próxima vez, que puede tomar cuatro horas o tres días) y de distancia (un “cansancio”, que mide desde que empezás a caminar hasta que te cansás, cosa que depende de tu estado y varía continuamente). Javier insistía con que había que tener medidas “más humanas”, que no dependieran del “metro patrón” que está en un museo de París. Muchos años antes, Xul Solar se encerraba desarrollando la “Panlingua” (el idioma de los idiomas), para lograr una comunicación natural.
  Es hermoso tomar una merienda en el mismo espacio donde todo esto ocurrió. Fue una merienda completa con café con leche, tostadas con manteca y dulce, huevos revueltos , jamón y queso y medialunas.
Buena experiencia!!!!




LA CASA POLACA


Esta ubicada en la calle Jorge Luis Borges 2076. Funciona dentro del edificio de la Unión de Los Polacos de la República Argentina fundada en 1948.Esta asociación difunde la cultura de Polonia, dicta clases del idioma y se enseña las danzas de este país.Tiene de entrada un portón muy amplio, a la izquierda un hermoso salón y en el fondo un bellísimo patio detrás del cual funciona el restó “ la casa polaca”.con su frente todo vidriado, impecable decoración, donde predomina el color azalea.
El dueño del lugar llamado Antos te recibe muy efusivamente y las palabras le brotan solas, parece tener siempre una frase para la ocasión.
Para empezar pedimos polmisek wedlin ( tabla de fiambres polacos)compuesta por lomo ahumado, Cracovia, rosca polaca ,lever y pepino agridulce.  De plato principal probamos pierogi que es la tipica pasta rellena polaca, en esta caso rellena de papa y  queso blanco con una salsa de crema, cebolla y chicharrones de panceta. De postre compartimos una torta polaca de manzana asada con helado.
La atención es excelente, los productos muy buenos , pero a mi gusto es un poco caro. Pero igual vale la pena conocerlo!!!!!!

lunes, 21 de mayo de 2012

LQF, conos de pizza


Local de franquicia para comer de parado ubicado en la avenida Corrientes al lado del Teatro San Martín, antes de ir al teatro, nos comimos un cucurucho de pizza de fugazeta y calabresa

BAR IBERIA


En su libro “Conflictos y armonías en la historia argentina” (Primera Edición 1980) escribió Félix Luna: “... la Argentina era mucho más española hace cuarenta años que en la actualidad. En consecuencia, las noticias de la península se presentaban en primera página para responder a una expectativa que los españoles residentes y sus hijos alimentaban con una emotividad que aumentaba a medida que allí los sucesos se fueron tornando más dramáticos a partir de 1931. (...) Los argentinos siempre habían participado en los grandes enfrentamientos españoles y ahora, en 1936, cuando estalló la guerra civil, esa costumbre se exacerbó al máximo. No había neutrales en el país: todos eran nacionales o republicanos, franquistas o rojos.” La avenida de Mayo fue, probablemente, el principal escenario de esas disputas. El “Bar Iberia” era el lugar donde se reunían los republicanos, mientras los franquistas tenían su base en “El Español”, en la otra vereda de la avenida. La historia del “Iberia” no se agota en los trágicos años de la guerra española. Sus mesas guardan el recuerdo de figuras como Hipólito Yrigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear (por su cercanía con la primitiva sede la Unión Cívica Radical), Federico García Lorca, Margarita Xirgu, Imperio Argentina o Nati Mistral, por mencionar sólo algunas personalidades que representan un abanico que va desde lo político hasta lo artístico. En 2003, Legislatura emplazó una placa en su fachada, declarando la intersección de Avenida de Mayo y Salta como “Esquina de la Hispanidad
Hoy el bar está remodelado y solo conserva de sus comienzos la maquina original de café y  con una antigua picadora de carne.
Los tiempos cambiaron hoy en lugar de reuniones políticas, hay ambiente de levante, prostitutas en general de más de 40 años, después de las 10 de la noche ocupan una mesa y esperan a sus clientes.
Nosotros cenamos una rica tortilla a la española con chorizo colorado, jamón crudo y sándwich de pavita.

LOS ANGELITOS


En la vieja esquina de Rivadavia y Rincón están todavía los ecos del Café de los Angelitos rebotando por su cascarón desnudo.
Lo había fundado, por 1890 con el nombre de Bar Rivadavia un italiano llamado Batista Fazio. Primitivamente fue reducto de malandras y caferatas cuya traducción del lunfa básico corresponde, más o menos, a gente de mal vivir. Verdaderos "angelitos", según la socarrona afirmación del comisario de Balvanera quien, sin saberlo, le estaba dando carta de bautismo a uno de los más populares cafés de Buenos Aires.
Cuando en 1919 lo adquirió don Angel Salgueiro en la suma de setenta y cinco mil pesos, ya habían hecho famosa la esquina las presencias de Gabino -el negro payador del Himno a Paysandú-, Higinio Cazón, José Betinotti, José Razzano, Carlos Gardel, Roberto Cassaux, Florencio Parravicini y los prohombres del socialismo argentino que tenían su Casa del Pueblo cincuenta metros más al oeste por la misma calle Rivadavia.
Cuentan que era frecuente ver llegar a Juan B. Justo, a don Alfredo Palacios -por entonces joven mosquetero de la política con el brillo de haber sido el primer diputado socialista de América-. Sabía recalar también otro de los nombres imborrables que Juan Manuel Gálvez cita entre los amigos y maestros de su juventud: José 'Pepe' Ingenieros.
El anecdotario es inagotable. Fue en el Café de los Angelitos donde una noche de 1917, don Mauricio Goddart -director artístico del sello Odeón- contrató al ya famoso dúo criollo Gardel-Razzano, quienes debutaron en el disco con Cantar eterno y El sol del 25. Y fue también allí donde Carlitos, celebrando una de las victorias de su célebre pingo, Lunático, hizo un convite de puchero corrido que duró hasta el último canto del gallo.
Por 1928 también los radicales caían por el café. Inaugurado el nuevo edificio del Congreso en la esquina de Rivadavia y Entre Ríos, muchos políticos del viejo partido de Alem solían arrimarse a la tertulia con sus adversarios los socialistas. Y en la década del 30 fue el Malevo Muñoz -Carlos de la Púa- el de La crencha engrasada quien supo animar otros encuentros de poetas, periodistas o simplemente manyines que buscaban el garrón de alguna mesa bien servida.
El Café de los Angelitos es un testigo vivo de más de cien años de historia porteña. Por su puerta desfilaron las más destacadas personalidades del ambiente político y artístico del siglo XX, y en sus mesas se escribieron muchas de las páginas que hicieron de Buenos Aires una ciudad que respira tango en cada rincón.
Remodelados a nuevo según un ambicioso proyecto arquitectónico, conformados por dos pisos y un subsuelo, exhiben lujo y distinción hasta en sus más imperceptibles detalles
El Café de los Angelitos ofrece un show de tango de primer nivel internacional, ejecutado por una excelente orquesta de seis músicos, una orquesta de señoritas, dos cantantes y diez bailarines, quienes, durante una hora y treinta minutos, despliegan sobre el imponente escenario un espectáculo único en su tipo.
En uno de los tantos cuados colgados en las paredes decía:
            “Café Los Angelitos”
             Bar de Gabino y Cazón
             Yo te alegré con mis gritos
             En los tiempos de Carlitos
              por Rivadavia y Rincón.
Fuimos una noche al salir del teatro, era tarde y teníamos mucho hambre y nos pedimos estas tapas: salchicha a la diabla- pollo al curry – albóndigas en salsa de mostaza – tortilla de papa – croquetas de jamón crudo – alitas a la milanesa – rabas a la romana y salsa tártara. Tomamos San Felipe Roble.

LAS VIOLETAS


ES UN BAR NOTABLE SUPER ELEGANTE Y TRADICIONAL UBICADO EN LA ESQUINA DE CORRIENTES Y MEDRANO.
UN AMPLÍSIMO LOCAL DIVIDIDO EN UNA PARTE COMERCIAL DONDE FUNCIONA LA CONFITERIA Y BOMBONERIA, TODO EXPUESTO EN HERMOSAS VITRINAS Y MOSTRADORES DE CRISTAL Y BRONCE.
EN EL OTRO SECTOR ENORME CANTIDAD DE MESAS DISPUESTAS ENTRE COLUMNAS DE MARMÓL DECORADAS AL ESTILO BARROCO
En cuanto a la historia de esta emblemática confitería voy a escribir esta reseña :
La ciudad de Buenos Aires, fundada dos veces junto al Río de la Plata, creció de espaldas a él y sufrió los mismos cambios y vaivenes que su política. Algunos edificios fueron demolidos y reconstruidos hasta tres veces (entre ellos el Teatro Colón y la Casa de Gobierno) con otros cánones edilicios que primero fueron coloniales, luego itálicos y por ultimo franceses, esto a comienzos del siglo XX según las ideas de los arquitectos de las escuelas francesas, entusiasmados por los dictados de la Ecole de Beaux Arts de París que construyeron los grandes boulevares y edificios de esa ciudad.

La avenida Rivadavia, camino de carretas, unía la Plaza de Mayo con el oeste lejano hacia Flores. Durante la epidemia de fiebre amarilla en 1870 la gente de clase pudiente buscó refugio en las zonas altas, entre ellas Flores, lugar de veraneo, unida a la ciudad por el Ferrocarril Oeste. En 1876 la compañía Anglo Argentina construyó en esa calle Rivadavia uno de los primeros tranvías a caballo.

La prosperidad económica de la década de 1880 produjo una enorme expansión de la ciudad y sus alrededores. Florecieron los nuevos edificios, los negocios. La ciudad quiere dejar de ser “la gran aldea”.

Aunque la esquina de Medrano y Rivadavia está a sólo 4 Km. de la Plaza de Mayo, era un lugar “donde el diablo perdió el poncho”.

Allí se instaló una confitería, con doradas arañas y mármoles italianos. El día de la inauguración, un 21 de Septiembre de 1884, hasta el ministro Carlos Pellegrini, futuro presidente del país, se hizo presente transportado por un tranvía especial acompañado por muchos de sus distinguidos amigos. Sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores entre ellos Roberto Arlt y políticos de la época.

Pero es alrededor de la década de 1920 cuando se construyó el actual edificio. Con sus vidrieras y puertas de vidrios curvos, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano. Los vitrales restaurados fueron concebidos para adornar y alegrar el ambiente grato de un café de aquellos tiempos, donde la gente iba a pasar momentos de esparcimiento en un ámbito selecto.

El edificio fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Durante varios años antes de la actual restauración el lugar permaneció cerrado y semiabandonado. La restauración del edificio, sus componentes y los vitrales comenzó en Enero de 2001, y terminó en Junio.

Nosotros fuimos un día muy entrada la madrugada , el fin de año había pasado pero el calor todavía se haca sentir  tomamos sidra y comimos pan dulce

BAR MAR AZUL


Bar, emplazado en un edificio creado por el arquitecto Enquín, encierra todos los signos de fines de los ’40, la época de su apertura, ya que conserva la ambientación original y sencilla que le dieran sus dueños. Se preservan en buen estado reliquias que escasean hoy en día, como revestimientos de vidrio pintado. Se encuentra en ese grupo de bares que, además de ser un “notable” por sus características únicas, cuenta con una clientela ecléctica, debido a que a los habitúes de siempre se les suman los militantes del Partido Radical, que está ubicado a unos pasos, así como los alumnos de derecho de la universidad Del Salvador y de la Asociación Dante Alighieri. 


Está ubicado en la esquina de Tucumán y Rodríguez Peña, tiene aroma a bar, a viejo, se destacan sus grandes ventanales guillotina y los infaltables apoya brazos de madera donde uno puede acodarse a mirar como pasa la vida         
Comimos un buena merienda, café con leche, sándwich de matambre, de jamón crudo  para terminar un vino moscazo.

BARBARO BARºº


En 1969, en la calle Reconquista 874, Luis Felipe Noé fundó el mítico Barbaro; también conocido por muchos como “Bar O Bar”.
Noé, junto a otros artistas destacados, como Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega, había iniciado en 1961 una experiencia plástica conjunta, que la crítica especializada reconoció y señaló como grupo Nueva Figuración.
Este rótulo contó con la aprobación de Noé, y al respecto señaló: “…lo que intentamos fue situarnos en una actitud desprejuiciada frente a la creación…”. Desde ese concepto desprovisto de todo prejuicio hacia el hecho artístico, fue que nació el Barbaro, considerado el primer pub de Buenos Aires.
Los vidrios de la fachada fueron pintados por Jorge de la Vega y por el mismo Noé, allí se lucen varios rostros en blanco y negro, en donde quedó reflejada la impronta de este arquitecto, cantautor y pintor del paisaje urbano porteño y del grupo Nueva Figuración.
“Bar O Bar” se convirtió en el lugar símbolo de toda una generación.
Entre sus láureas, el Barbaro integra el conjunto de ‘bares notables’, así declarados por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo se encuentra tutelado por la Comisión de Protección y Promoción de los cafés, bares, billares y confiterías notables de la Ciudad de Buenos Aires.

Antes de nacer, el bar Bárbaro del Pasaje 3 Sargentos al 400 fue imaginado en acaloradas charlas mantenidas en las mesas de otros bares y de otras confiterías del Bajo porteño, en las que, a los gritos y en medio de gesticulaciones, se describían los rincones, los colores, las luces y los ambientes que un buen bar no podía dejar de tener, un bar en serio, contemporáneo, tanguero, rockero y argentino. Hasta que a fines de1969 el Bárbaro fue finalmente inaugurado por un grupo de 12 artistas hippies y bohemios de vanguardia, entre los que estaban varios de los pintores más poderosos e imaginativos del país, pintores que además del bar, y en gran parte adentro del bar, crearon las corrientes del informalismo y la neofiguración, con lo cual ayudaron a cambiar el curso de la pintura argentina.
Actualmente, el es un lugar muy visitado por viajeros y turistas, locales y extranjeros; y es asiduamente concurrido por los más destacados artistas plásticos, pintores, escritores, músicos y actores.
A fines de los años 70´ cambió de local, pero no de manzana: se mudó a su ubicación actual en el pasaje (ahora peatonal) Tres Sargentos 415.
Desde allí sigue esparciendo la misma magia que descubrimos en las pinturas de sus fundadores.

El bar tiene varios salones de pinotea legítima, mesas originales y sillas Tonet y de ,Las paredes están tapizadas con obras de arte de distintos artistas, se destacan los de Marta Mirujin. En cualquiera de los tres niveles (planta baja, primer piso y subsuelo) grandes toneles desbordan de maníes y en las barras las choperas no paran de tirar.
Comimos una baguette de queso gruyere y una tortilla a la española.


viernes, 18 de mayo de 2012

CAFÉ DE LA U


Tradicional café de barrio ubicado en la esquina de Triunvirato y Roosevelt en Villa Urquiza. Fue nombrado en el 2011 nuevo café notable. Allí José Gogó Safigueroa aliado de este bar, realizó las famosas perlitas de las películas y tiempo después continuó con espectáculos de tango, conducidos hoy por Graciela Rafa.
En esa tarde comimos una extensa picada con 10 platitos diferentes: aceitunas, jamón, mortadela, salamín, longaniza, lengua  a la vinagreta, carne con salsa criolla, papas con mayonesa, lever, y queso. Bebimos gaseosas.
Excelente tarde, la pasé muy bien charlando y comiendo, lindísimo!!!  ( gracias Fer!!!!)


CAFÉ RETIRO


Este bar de la Terminal Retiro, nombrado en el 2011 como café notable, donde funcionaba el Ferrocarril Mitre, fue afortunadamente restaurado. Recuperó el esplendor en todos sus detalles que lo hacen un lugar tan cálido como exquisito. Vale la pena entrar a tomarse un cafecito y disfrutar de su entorno: su gran cúpula de vitraux, la boiserie y un mobiliario de gran calidad. Se suelen realizar distintas actividades culturales como presentaciones en vivo de grupos de tango o de jazz y muestras de pinturas y grabados de distintos artistas plásticos. Posee además un taller de poesía y un especial espacio para la lectura. Comimos una riquísima merienda con tostadas con manteca y mermelada de frutos rojos, medialunas rellenas de jamón y queso calentitas, cuadraditos e torta de manzana acompañada con café con leche , té con limón y jugo de naranjas. Hermoso lugar para tomar un cafecito, leer un libro o tener una charla interesante!!!!

CONFITERÍA SAINT MORITZ


Esta confitería ubicada en la calle Paraguay 802 abrió sus puertas en 1959 en épocas en que Hernán Giralt era el intendente porteño y Arturo Frondizi presidente de la Nación. En poco tiempo se ganó la adhesión de una importante clientela y se transformó en verdadero referente de la zona.
SAINT MORITZ RESCATA LOS VIEJOS VALORES DE LAS CONFITERIAS DE LA DECADA DEL 50. SU CARTA SE ADAPTA A LOS NUEVOS TIEMPOS, PERO EL AMBIENTE Y LA ATENCIoN NOS REMONTAN A UNA BUENOS AIRES PLAGADA DE CAFETINES Y DE BARES QUE TANTO EXTRAÑAMOS.

En una esquina del barrio de Retiro, llama la atención un bellísimo y extenso cartel en letra cursiva roja que dice “Confitería”. Y para que se entienda bien, lo dice dos veces, una sobre la calle Paraguay y otra sobre Esmeralda; y justo en el medio, sobre la ochava, se lee “Saint Moritz”. Para entrar hay que atravesar las puertas vaivén de vidrio y madera y luego, una vez adentro de un inmenso salón, habrá que decidir junto a cuál de los dos ventanales sentarse aunque, en caso de estar ocupados, también vale la pena ir directamente a la barra sobre todo si es la hora del aperitivo. Totalmente revestido en madera oscura, con grandes ventanales y superficies espejadas (sus columnas, también de espejo, producen un efecto hipnótico) el estilo del lugar es, sin dudas, de los años 50, dato que luego confirmará Alejandro, uno de los dos hermanos y socios que lo administran, quien ratificó que este encantador lugar comenzó a funcionar en 1959.
Haciendo un recorrido con la mirada, resaltan mucho las sillas de cuero rojo y los manteles amarillos con el nombre Saint Moritz bordado, algunos pósters con dibujos turísticos de este conocido centro de esquí suizo que le da nombre a la confitería y las coloridas botellas paradas en fila detrás de las dos barras. ¡Todo allí está tan bien conservado y sin elementos que desentonen que hasta un potus con una frappera como maceta parece un detalle de lo más acertado! Esta atmósfera particular; que recuerda a una Buenos Aires en la que abundaban cafetines y restaurantes elegantes con diseño arquitectónico original, y atendidos por sus propios dueños y por mozos de oficio de impecable pantalón y chaleco negro, camisa blanca y moño.
Comimos un sándwich de peceto con mayonesa en pan francés con gaseosa  En este bar  charlamos bastante del tema crónico que nos aqueja y llegamos al acuerdo Saint Moritz (no se si se va a cumplir pero estuvo bueno hacerlo). Luego partimos al Café Retiro.

BOSTON CITY


Detenida en el tiempo ubicada en el local 3 de la mítica Galería Guemes en Florida 165.
El interior de este bar es muy interesante, posee una importante barra central circular (una de las pocas que aun existen con esta forma) con tapa de gruesísimo cristal y frente de mármol con decoraciones geométricas Hay tambien  otra barra lateral y recta de granito y madera que es para los tragos. Un pequeño desnivel elevado permite otra perspectiva desde sus nueve mesas De allí mediante una escalera recta se llega al nivel superior.
Solo tomamos una gaseosa ya que este bar fue el último en recorrer ese día. Recuerdo el terrible chaparrón al salir del bar hasta la parada del colectivo ( 146). Lindísima tarde!
Cabe decir que la galería Guemes fue considerada el primer rascacielos construido en Buenos Aires, con sus 14 pisos y 87 metros de altura.
Al transeúnte de aquellos años lo sorprendía la variedad de usos y funciones, que albergaba en su interior. En el subsuelo, un teatro, un cabaret ( allí estuve disfrazada de hombre, que recuerdo!!!!)  y un restaurante; pisos de vivienda que daban a Florida y pisos de oficina sobre San Martín; en la terraza del piso 14, otro restaurante, con mirador. Todo ello rodeado por alardes técnicos: ascensores capaces de recorrer 140 metros en 60 segundos; sistemas contra incendios que bombeaban hasta 24 mil litros por hora y que eran activados a través de alarmas eléctricas ubicadas en la planta baja y los subsuelos.. No menos impacto causó la combinación de iluminación natural y artificial de la bóveda y la broncería del pasaje. O los detalles de broncería de los escaparates y de las puertas de los ascensores. El teatro contaba con butacas montadas sobre una losa de hormigón armado que, a su vez, tenía apoyo pivotante capaz de cambiar la pendiente de la sala. El conjunto daba una impresión que rozaba lo futurista.
El nombre de la Galería (costó quince millones de pesos fuertes) rinde homenaje al máximo héroe de la provincia de Salta, General Martín Miguel de Güemes. El 15 de diciembre de 1915, la inauguración fue organizada por el Círculo de la Prensa y a ella asistieron el Presidente de la Nación, Victorino de la Plaza y descendientes del prócer salteño.

BAR THE BRIGHTON


Bar notable ubicado en la calle Sarmiento 645. Bellísimo, elegante, cómodo, donde en su salón se lucen los vitraux y la impronta dejada por la clásica sastrería que antes funcionaba allí. La barra es una magnífica pieza de madera tallada que recuerda de manera muy bella el encanto de los pubs irlandeses. Las paredes están revestidas con cedro importado de Inglaterra lOriginalmente The New Brighton fue una sastrería de primer nivel. Luego, durante años, funcionó allí el famoso restaurante Clark’s. A la entrada se encuentra una majestuosa barra de cedro, con columnas de un fino trabajo de ebanistería rematadas por capiteles corintios de bronce. Arriba reinan las tres plumas de avestruz talladas, obsequio del Príncipe de Gales, casualmente, uno de los hombres más elegantes de su época. Por la tarde suena el piano de cola y se puebla de un público mayoritariamente masculino, con muchos sobrevivientes de la “city porteña” entrados en años que buscan acodarse a tomar scotch, sin prisas. En algunos casos se trata de viejos conocidos que utilizan el lugar como punto de reunión. Recomendable para nostálgicos de la “Belle Epoque”. .
Tomamos  una merienda  tradicional , café con leche, té con limón y medialunas.
Que lindo es hacer maratones de bares de aquí nos fuimos  al Boston City



CLUB SUECO


Ubicado en el quinto piso de la Casa de Suecia en la calle Tacuarí 147.el lugar es muy lindo, alegre y lleno de luz. Representa perfectamente la idea nórdica de vivir los espacios. Simpleza,  elegancia, practicidad, funcionalidad  y comodidad acompañado de colores radiantes son los elementos que caracterizan la arquitectura sueca. Las mesas y sillas son comodísimas permitiendo conversaciones reservadas, Sus chefs Nancy y Martín se encargan de traer los platos a la mesa. Solo  se sirven almuerzos, muy rica panera y comimos  :platos tipicos suecos:unguiso de trigo blanco con hongos, carne cortada en cubos en salsa oscura y torta de mariscos con ensalada verde. De postre, helado de dulce de leche con nueces y baño de chocolate. Fantástico almuerzo!!!!

RESTAURANT DEL CLUB DANES


En el edificio Dinamarca de la Avenida Leandro N .Alem 1074 funciona la embajada de Dinamarca y en el piso doce del edificio se encuentra este restaurante. Es un lugar agradable, simple y cómodo, permite disfrutar de una espléndida vista del Río de La Plata.Aquí se come únicamente al mediodía y se puede disfrutar de los platos típicos de la cocina danesa.
Nosotros probamos los smorrebrod que son sándwiches abiertos que se sirven en el plato y se comen con tenedor y cuchillo, es el verdadero hito de la gastronomía danesa, en el cual además del pan blanco o de centeno intervienen deliciosos ingredientes, el que elegimos tenía tres quesos: emmenthal, blurosendbord y camembert acompañado de frutas frescas. De principal comimos: flask med kal que es una carne de cerdo con repollo colorado y papas con una salsa dulce y poco picante. Probamos también unos crepes de ricota con almendras con salsa de espinacas.

LA NUEVA ANDALUZA


La Nueva Andaluza, café ubicado en Camarones 1412, es uno de los dieciséis nuevos locales incorporados a la vasta nómina de cafés notables de la ciudad. De esta manera, se constituye en el primero en alcanzar ese rango en el área de La Paternal y Villa Mitre.
Tiene una hermosa vista de la Avenida San Martín es el típico bar del barrio. Mesas en la vereda, salón , billares en el fondo uno podía pasar un día entero hablando sentado en sus mesas.
Es hermoso tomar una merienda en otoño en este tiempo de cambio
Comimos sándwiches de matambre casero en pan francés, gaseosas y alfajor de maicena con dulce de leche.espectacular!!!!

LA POESIA


Bar literario, café de arte y esquina de encuentro , si bien esta abierto todo el día  es un bar para ir de noche  , nosotros fuimos después de una degustación de Baco , esta ubicado en Chile 502 San Telmo
El  lugar es mágico su foto galería le rinde homenaje a nuestros poetas (Borges Guirri y tantos otros )

Así en el Café La Poesía, no solo vas a disfrutar de un buen café, o una rica picada, si no que además vas a poder empaparte de la historia y cultura de la ciudad. Las paredes lucen orgullosas recortes de periódicos o de revistas de cultura donde se destaca la importancia del lugar en unos acontecimientos relevantes: es el café donde se reunían tal grupo de artistas destacados o fué testigo de represiones o.. una y mil aventuras de las que esta ciudad es protagonista. De hecho, en la primera época de este café (pues cerró en 1988 hasta que fue reabierto no hace tanto), fue propiedad de Rubén Derlis, poeta y escritor y miembro fundador del "Grupo de los Siete" en 1983, prolífica reunión.
En la actualidad, los dueños del Café La Poesía se mantiene fieles al concepto de café notable, con música en directo (aunque no recuerdo qué días) y libros a disposición de los clientes, y un programa de actividades dirigidas por Leonardo Busquet, actor, autor y documentalista argentino.
Comimos sándwich con bondiola, queso ajíes y pepinitos y gaseosas.Bellísimo!!!

EL FARO


Bar notable fundado en 1931 ubicado en Avenida de los Constiueyntes 4099 Parque Chas
Estar en el Faro es como estar en casa, así se siente uno aunque sea la primera vez que se visite.
Hoy es un bar dedicado al tango el chino Laborde es su referente y  en el se han grabado discos en vivo
Pero hablemos algo de su historia :
Era 1931. La ciudad despertaba a un nuevo proyecto, el de delimitarse a sí misma con una avenida de circunvalación, que ya tenía ruidosos colectivos, transeúntes con traje y sombrero, y un proyecto tan extraño como el nombre, construir un obelisco. En ese año, en una esquina más de Villa Urquiza, nacía El Faro, tal vez por una reminiscencia portuaria del inmigrante que cuando llegaba a la ciudad lo primero que veía eran “las luces malas del centro” (Tango dixit), tal vez porque era un faro de esperanza en aquellos tiempos arduos. Ahí está, firme, calladito, casi en su estado original, desde 1931, dando el consabido menú del día, el diario y unos shows de Tango auténtico, que literalmente están haciendo historia por lo que significan para la Ciudad y el barrio, por el movimiento de seguidores que lo atestan todas las funciones, anunciadas en pizarra, dos o tres veces por mes. Así, por estirpe y por Tango, El Faro es Café Notable de la notable Ciudad de Buenos Aires.
Como tantos otros bares, El Faro es la ilusión de sus nuevos dueños, que no sólo mantienen el espíritu original, sino que incentivan la vida tanguera y barrial de El Faro con shows, peñas de tango y una comida casera y bien porteña.
Comimos tostados de jamón y queso con gaseosas. Estuvo genial!!!!!!

martes, 1 de mayo de 2012

KEKANTO EN IL BALLO DEL MATTONE


Esta trattoria y espacio  de arte es un hermoso caos,  un culto al desorden,  a lo casual,
Un lugar que demuestra  realmente que el todo es mas q las partes q lo componen, muestra como todo puede, por feo q sea  quedar bien en un lugar;  yo me identifiqué con ese lugar , me hizo acordar a mi casa, que si bien tiene muchos objetos curiosos pero bastante ordenados pretende tener la onda de ese lugar
Comer  en la cocina, salir al patio y estar rodeado por gente que disfruta las mismas cosas que disfruta uno ,  hizo que la noche fuera impecable  gracias Kekanto por la invitación
La comida no se si era rica pero fue tan disfrutable que logró que maridara tomar cinzano  con naranja  y comer pasta seca italiana
Si,  rica las pizzas recién salidas del horno d e barro
El mejor de los eventos de Kekanto hasta ahora


 






LA PANADERIA DE PABLO


Un domingo a la mañana nos fuimos temprano hasta la bella cuadra de Caseros al 400 en San Telmo donde ese día funcionaba la primera edición  del Buenos Aires Market
Un mercado callejero de productos orgánicos  y gourmet al estilo parisino
Compramos pan de Lepi verduras de  Sabe La Tierra  semillas y bolsas de Brota para activarlas y producir brotes  comimos productos vaganos y vegetarianos de restos como Bio y Hierbabuena
De ahí nos fuimos a  tomar un brunch a la Panadería de Pablo ubicada en Defensa 269
Es un ambiente fantástico donde se pueden comprar productos muy interesantes :
Se trata de productos nacionales e internacionales especialmente seleccionados con los más altos estándares de calidad, los que se ofrecen en el mueble de almacén para que los amantes de la cocina gourmet puedan replicar en su propia casa el sabor de los platos del restaurant”,

Los productos
-El vino biodinámico es de Finca Dinamia, bodega orgánica creada por Alejandro Bianchi, nieto de Don Valentín Bianchi. El manejo ecológico del viñedo se refleja en un notable Malbec de tres años de elaboración, que ya es apreciado en La Panadería de Pablo y en algunos de los mejores restaurantes del mundo, así como el Malbec Rosé, que ha sido distinguido con “Medalla de bronce” en el certamen Argentine Wines Awards.
-El aceite de oliva premium llega desde la provincia de San Juan y es uno de los productos más buscados. De Cachi, Salta, un pueblito de ensueño a 2280 m sobre el nivel del mar, se traen condimentos como el chimichurri, comino, cúrcuma, pimentón dulce y deliciosos tomates secos.
-Siguiendo con la línea orgánica, también se ofrecen miel y mermeladas de Chubut.
-De Europa, el cous-cous de origen francés, la pasta seca italiana de De Cecco, el café Illy y el té Twinings.
-Además, una selección de panes de campaña, focaccia y grisines, muffins de banana y nuez con harina integral, budín de limón, medias lunas, cookies de jengibre, avena y pasas y chocolate para el final del día.

Pero a mi lo que mas me tentó comprar fue la sal marina de Chubut son escamas grandes, sabrosísimas , ricas de masticar y con un contenido de sodio menor a las sale comunes
En cuanto a la arquitectura del lugar es absolutamente calida , La Panadería de Pablo es el resultado de un equipo de talentos que participan por primera vez en el mundo de la arquitectura y proponen, en este escenario, una cafetería distinta de las que hay en el barrio. Se planteó como una superproducción de una película o de una ópera, donde se hicieron hasta castings de bolsas, cada detalle fue pensado. El proyecto tiene mucha personalidad y espiritualidad. , creo que la intención es la de reconvertir el casco histórico: que no sea un casco de guerra sino un casco de paz, un casco blanco, lleno de luz y de flores, y que vuelva a tener la vida que tuvo en sus orígenes a eso apunta creo yo el diseño del lugar muy, muy bonito
En cuanto a la comida es muy rica comimos y tomamos  buen café  Illy con leche huevos revueltos con panceta  tostadas de pan de campo buenas mermeladas caseras y queso untable riquísimo  buenas naranjas exprimidas

BAR 8 ESQUINAS


A fines del 30' cuando las calles eran de empedrado y a estas esquinas las surcaban las vías del tranvía, ya se levantaba esta propiedad con su antigua numeración el 1192. Entonces el bar contaba entre sus parroquianos a los hermanos Esposito, Homero Manzi, Julián Centeya y entre otros a un entrañable vecino: el troesma Osvaldo Pugliese. En los 70' ya vuelto una tradición en el barrio, el “Ocho Esquinas” incorpora el encanto de los fiambres y comidas alemanas, que el gusto de la gente transformó en el sello de la casa. A 70 años de su nacimiento convertido ya en un antiguo bodegón porteño se  mantiene vivo su espíritu y esencia. El lugar está intacto, cuidado, sus paredes respiran historias de tango, momentos de cálida reunión junto a un pocillo de café.
La ubicación exacta es Forest 1186 comimos una picada criolla excelente  que si bien sirvió de merienda y cena no pudimos resistirnos cruzar la avenida y llevarnos una pizza de  La Mezzetta

EL PREFERIDO DE PALERMO


Un bar notable que mas que un bar es un bodegón estilo español ,se come muy rico , las lentejas a la asturiana y los callos a la valenciana te quitan el  frio
En Guatemala y J.L Borges se juntan la manzana que Borges nos narra y el Bar-Restaurant El Preferido de Palermo. Tiene tres espacios distintos todos diferentes y lindos ,  ya sea que te sientes en sus veredas debajo de las enormes pitas, en una mesita del almacén de la esquina o en el Restaurant, el ambiente tiene esa mezcla de comida casera e historia que tres generaciones se han encargado de mantener. Se puede comer pescado, pastas, un buen guiso o una picada con cerveza, entre otras muchas opciones , todo abundantes y bien atendido.
Es en verdad un bar notable que mas que un bar es un bodegón estilo español nosotros debido a que ya llegaron los primeros fríos del 2012 comimos unas lentejas a la asturiana y unos callos a la valenciana
De ahí nos fuimos a la Feria Del Libro y compramos tantos libros de cocina que no los podíamos acarrear

LA GIRALDA


En 1650 la avenida Corrientes no era avenida ni tenía nombre, ni siquiera era calle sino un sendero desdibujado entre pastizales que crecían mucho más rápido de lo que tardaba en formarse una huella. En 1729 Domingo de Acasusso fundó un templo donde hoy está el obelisco; y el sendero, ya más transitado por lavanderas que iban o venían del río, carretas tiradas por bueyes, feligreses junto a la iglesia, y esclavas negras vendiendo empanadas y churros crocantes, tomó el nombre de templo: calle de San Nicolás. En el tiempo de las Invasiones Inglesas, la heroica resistencia de los vecinos impidió que ondeara el pabellón inglés en el templo. Hubo tertulias apasionadas de muchachos románticos de pelo largo y patillas espesas que querían cambiar el mundo. El afán libertario hizo que en 1812 flameara por primera vez en la ciudad la bandera celeste y blanca desde la torre de la iglesia San Nicolás. En 1822 nuestra calle se llamó Corrientes, en honor al protagonismo que tuvo esta provincia en las guerras de la Independencia, y se le asignó un ancho de 30 varas y el rango de avenida. En 1882 llegaron el alumbrado eléctrico, los teléfonos, y los tranvías tirados por caballos. Se tendían a lo largo de la avenida lámparas blancas y celestes para los festejos de los aniversarios patrios, que se iniciaban con un desayuno de chocolate con churros. Corrientes era la calle de los comercios, los cafetines, las confiterías de tertulias y de orquestas típicas, las librerías, y los teatros célebres. Tal fue el caso del Teatro Politeama Argentino, que funcionó entre las calles Paraná y Uruguay, donde José Podestá hizo una grandiosa puesta de Juan Moreira en 1884, y Sara Bernhart hizo Fedra en 1886. San Nicolás crecía, 1908 fue un año de opulencia, se inauguraron el Teatro Colón, la Plaza Lavalle, y el Palacio de los Tribunales. Siguiendo la línea estética del academicismo francés, algunos vecinos encargaron suntuosas residencias o casas de rentas. Fue así, que el arquitecto Carlos Nordmann construyó frente al Teatro Politeama un bello edificio de cinco pisos, con mansarda y remate en cúpula imperio. 1930 (año de crisis bursátil y dictadura militar). Un andaluz, Francisco Garrido, instaló una sencilla lechería en la planta baja del edificio Nordmann, la llamó La Giralda. Pensó sin duda en la torre de la Catedral de Sevilla y tal vez, exagerando, en la cúpula imperio del propio edificio. 1936: se ensanchó Corrientes, “un juego de calles se da en diagonal” -como dice el tango- y del cruce de las diagonales surgió el obelisco, “ese pedazo de tiza en el pizarrón de la noche”. Al lado de La Giralda se instaló un restorán de lujo: La Emiliana. En 1951 Antonio Nodrid compró La Giralda, conservó el nombre, la marca de chocolate del Andaluz: Colonial, y la tradición de los churros. En 1960 y 1970, Corrientes amplió su oferta al público, ya era “la calle que nunca duerme”, a los teatros se sumaron los cines y a los bares las pizzerías y las parrillas. Se convirtió en calle de bohemia y paseo obligado de familias los fines de semana. La Giralda fue un bar abierto las 24 horas, atendía durante el día a los oficinistas y abogados de Tribunales, y por la noche a muchachos de pelo largo, pantalones de campanas, poleras negras o camisas búlgaras, y a muchachas con ponchos o faldas indias, camisolas estampadas o túnicas, bolsos tejidos y sandalias de cuero. Leían Rayuela de Cortázar, Eros y Civilización de Marcuse, El Hombre Nuevo del Che, a Sartre y a Fromm, a Benedetti y a Girondo, a tantos otros… Querían cambiar el mundo. Hoy, no está La Emiliana ni el teatro Politeama pero La Giralda sigue en pie atendida por los hijos y la nieta de Antonio Nodrid, y no ha caído en la moda posmoderna ni en otras decadencias, es fiel a sí misma, tiene el aspecto de hace cincuenta años. Al frente una ventana guillotina, una vidriera con chocolates, y entre ellas, la puerta de dos hojas. El piso es de granito, paredes cubiertas de azulejos blancos -como corresponde a las lecherías- y más arriba muros color beige. Cuatro aparatos de tubos fluorescentes y cuatro ventiladores de techo. A la izquierda el largo mostrador de madera, cinco campanas de vidrio, la máquina de café; y a la derecha el salón con mesas de madera y tapas de mármol blanco, las sillas clásicas de bar, un cuadro de la torre de la Catedral de Sevilla. No hay mucho más, no hace falta más, la magia se produce con apenas estos elementos. Porque a más de treinta años de distancia, de persecuciones y muertes inútiles, sucede que los muchachos de pelo largo y las muchachas con ponchos y bolsos tejidos siguen concurriendo a La Giralda. Están con sus libros, entre chocolates y churros, escriben poemas imprescindibles en servilletas o anotadores, entre cafés con leche y sándwiches tostados, discuten y ríen, imaginan y sueñan. Quieren cambiar el mundo. Sólo cuando esto ocurra, La Giralda cambiará con ellos.
Que hermoso resultó mirar Corrientes  através de la cortina de La Giralda  mientras comia un churro