El área de sabor 43 es un área de la corteza cerebral donde se hace consciente el sentido del gusto. Hace un año exactamente comencé una recorrida por la ciudad de Buenos Aires buscando sabores y aromas. Quiero transmitir día por día dicha experiencia sensorial.
domingo, 7 de julio de 2013
Panadería La Pompeya
Ubicada en la Avenida Independencia 1912. Me encantó este lugar al igual que su dueño que nos atendió y explicó todo sobre sus productos. El lugar es una curiosidad, un resabio del pasado donde nada, absolutamente nada ha cambiado en los últimos 90 años.
Estoy hablando de La Pompeya, negocio perteneciente a la familia de Eduardo Frate. La fundaron sus ancestros napolitanos en 1920 y la generación actual sigue haciendo los productos de forma artesanal, sin conservantes de ningún tipo.
Las paneras de madera son originales, al igual que el horno (hoy a gas). Hay una foto del Papa Juan Pablo II, una bandera italiana y otra del Napoli. Entre las especialidades de la casa se cuentan las fresas ( panes deshidratados blancos y desalvado ) que se pueden hacer brusquetas o comerlas solamente frotadas con ajo y aceite de oliva, el pannone (unas hogazas de pan casi medievales), la panetta, el colaccio y el cafone. Pero el punto fuerte es la pastelería; los cannoli. Los hay de dos tipos: el siciliano, relleno de ricota, pedacitos de fruta abrillantada y chocolate, y el napolitano, con chocolate y crema pastelera, espolvoreado con azúcar impalpable.
También elaboran la tradicional sfogliatella (una especia de factura rellena de crema pastelera), los pasticiotti (mitad crema de chocolate y mitad crema pastelera) y la pignolata (una pasta napolitana con forma de ñoqui, hecha a base de huevo, harina, cáscara de limón y naranja).
Otros productos son los biscotti y los cantucci, estos últimos destinados a mojarse en Oporto o Marsala. El tiramamisú, otra de las especialidades, está hecho con vainillas bañadas en café, licor y queso mascarpone; dicen que el que lo lleva vuelve.
Nosotros compramos: fresas, pan de campo, cannoli, sfogliatella, biscotti, paticiotti y no se que más. La conocimos por la semana de la gastronomía italiana. De alli a casita a llevarle a Guido todo lo que habíamos comprado para compartir la cena.
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