En Martita hay que esperar , hay poco lugar, la higiene es precaria , pero el lugar es definitivamente alegre
Lamentablemete ya no atienden tan mal como antes , era un placer tanto
maltrato, era absolutamente único en Bs As y un motivo que hacía aún mas
divertida su visita .
Gran entrada es comer empanadas de carne fritas con Coca helada ,
recuerdo de mi infancia en los copetines al paso de las estaciones del
Sarmiento
La carta (fotocopia ) es mas amplia que la diminuta cocina ,
lamentablemente a la vista , la cuestión es que no se como se arreglan
para sacar tantos platos que valen la pena
Mi pedido tradicional es milanesa napolitana con papas hervidas y
pimenton español (Carmencita , de lata ) cuya espolvoreada cuesta 16
pesos , que los vale
Los fusillis con tuco y pesto son mas que dignos y los risotos en el punto pedido
En temporada sirven frambuesas frescas y las clasicas cerezas al hielo
Los sabados a la noche y los domingos esta cerrado esos dias y los
miercoles a la madrugada lo utilizan para amasar y preparar los
fresquisímos platos que ofrecerán en la semana
En fín un sinnúmero de contradicciones que hacen de este lugar uno de
los mejores bodegones de la ciudad donde vale la pena soslayar lo malo
para disfrutar de lo bueno
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