Otro bar notable ubicado en Brasil 399 justo enfrente de El Hipopótamo
Este bar comenzó a funcionar en la década del 20 con el nombre de La Cosechera, el nombre de Británico se debió que en el se juntaban ex combatientes ingleses de la primera guerra mundial
En sus mesas Sábato escribió pasajes de Sobre Héroes Y Tumbas
Si bien estuvo cerrado un tiempo reabrió sus puertas en el 2006
Sobre sus leyendas las hay una en cada mesa solo escribo sobre dos personajes ::
El cliente más antiguo del bar, es seguramente Comeclavos o Puchero, uno de los últimos anarquistas de la vieja camada, aún hoy editor del diario La Protesta, que sale a la calle desde el siglo pasado. Comeclavos o Puchero es quizá la más grande leyenda del barrio. Aunque vive en el Doque, concurre infaltablemente todas las tardes para pasearse como un pájaro nervioso de mesa en mesa espiando conversaciones y partidas de ajedrez.
Otro personaje fue Manolo , uno de los socios ,
Manolo eligió el turno noche y cuando sus socios bajaban las cortinas y ponían candados, él cortaba los candados, encendía las luces, prendía la máquina de café y nos daba turno a todos los desharrapados de la noche.
El Británico es uno de los bares abiertos las veinticuatro horas de todos los días de todos los años de todas las décadas de la vida. Manolo no lo cierra siquiera las noches eleccionarias y la noche que ganó Menem, además de esa desgracia, toda la clientela, incluido Manolo, aterrizó en la Comisaría 14 por atentar contra la ley electoral que prohíbe el consumo público de bebidas alcohólicas.
El cliente más antiguo del bar, es seguramente Comeclavos o Puchero, uno de los últimos anarquistas de la vieja camada, aún hoy editor del diario La Protesta, que sale a la calle desde el siglo pasado. Comeclavos o Puchero es quizá la más grande leyenda del barrio. Aunque vive en el Doque, concurre infaltablemente todas las tardes para pasearse como un pájaro nervioso de mesa en mesa espiando conversaciones y partidas de ajedrez.
Otro personaje fue Manolo , uno de los socios ,
Manolo eligió el turno noche y cuando sus socios bajaban las cortinas y ponían candados, él cortaba los candados, encendía las luces, prendía la máquina de café y nos daba turno a todos los desharrapados de la noche.
El Británico es uno de los bares abiertos las veinticuatro horas de todos los días de todos los años de todas las décadas de la vida. Manolo no lo cierra siquiera las noches eleccionarias y la noche que ganó Menem, además de esa desgracia, toda la clientela, incluido Manolo, aterrizó en la Comisaría 14 por atentar contra la ley electoral que prohíbe el consumo público de bebidas alcohólicas.
Volviendo al presente esa tarde comí la torta ricota que comía en mi niñez no era una masa quebrda como las actuales era con masa de torta riquísima , dulcísima y la comí sentada en las mesas del viejo salón familias del Británico
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